Siempre fui un convencido que el mundo era loco,pero no fue hasta que su esquizofrenia vino a mi que lo di por mas que un hecho.
Un
día normal como todos fue ofuscado por un suceso
paranormal.La amabilidad humana ¿ llega tan lejos?,en estos tiempos de
escaces y donde el kilo de pan esta a $1.000,me compran un cigarro,un miserable pucho en $20.000, 200 veces mas su valor en el comercio no
establecido (recordemos que la venta de
cigarrillos sueltos es ilegal), ante la mirada
atónita de mis amigos y la
mía propia ,producto del impacto y el
THC en las neuronas, ninguno reacciona bien ni sabe que decir mas que
reír.
Di el dinero por mio y lo guarde en mi billetera
vacía hasta ese entonces.Compartirla con mis amigos no se me dio,era dar mucho por tan poco,nunca me he sentido de verdad
afiatados a ellos y jamas he sentido esa
sensacion rara y
acojedora que te da un amigo al estar
contándole algo,riendo o simplemente sentados sin hacer nada.Si alguna vez hubo eso,algo lo mato o lo secuestro.
El tiempo paso ( no mucho en realidad) y el tema lo dimos por talla ( o
al menos eso
creía)hasta que
un sábado por la noche como todos,salio a flote el
temazo,pero en mala onda,con daño y no en un lugar muy apropiado y no con los espectadores mas
ad-
hok para la
situación y para el colmo una
persona que ni sabia lo que paso mas que lo que dijeron las noticias.
Como era correcto,tome mis cosas y me fui tranquilo,me
despedí de todos y baje al centro de mi
querida ciudad
jardín para
dirigirme a mi hogar,en eso recuerdo que me quedan algunos
morlacos en mis bolsillos y me voy a un bar a beber una cerveza y hacer hora para no llegar tan de madrugada a mi casa.
Solo en el bar,sentado en
compañía de una botella de cerveza escuchaba las conversaciones ajenas y me deleitaba con los
simpáticos vídeos musicales que pasaban por el televisor.Pasado el rato un tipo que estaba en las mismas que yo (solo y con una botella de cerveza ) se me acerca a pedirme un cigarro,como es costumbre se lo regale,insistiendo el en pagarme tan
presiado caramelo a esas horas de la madrugada,luego de un momento de
discusión lo
acepta y entablamos
conversacion,nos
nació la misma pregunta
recíproca: ¿por que
estábamos solos a esas horas en un bar con alto grado de alcohol en la sangre?, no
titubee y le
conté mi historia y el la suya que no era nada del otro mundo,le
cayó dinero del cielo
tmb y se quiso dar un gusto
después de la pega.
Luego de una larga y amena
conversacion la dueña del local nos dice que debemos abandonar el establecimiento ya que es hora de cierre,por nuestra parte no
teníamos ganas de cortar ni mucho menos finalizar la tertulia que comenzaba al igual que mis problemas esa noche, un cigarro solidario
Abandonamos el local mientras
seguíamos charlando,me invito a fumar un caño,
vacile al responderle,la duda era obvia,dos tipos solos una noche de
sábado en
circunstancias extraordinarias,pero como la nueva
filosofía adquirida era "este mundo
qlo loco", acepte y caminamos hasta cerro castillo para consumar el vicio.
Seguimos charlando y riendo,el contaba su historia y yo la
mía,nos
encontrábamos la
razón y
concordábamos que eran esas pequeñas cosas en la existencia las que te hacen crecer.
Hablamos con
demaciada naturalidad,como si nos
conociéramos de mucho y
tubiesemos el derecho de saber las obscuras realidad de cada uno
No fue hasta mucho
después de toda la
diversión que nos percatamos que no
sabíamos nuestros nombres,me presente y el por
obviedad tmb lo
hiso,ya a esa hora mi cuerpo no me reaccionaba como quisiera,
quería seguir compartiendo,riendo y aprendiendo pero el organismo
decía lo contrario.Nos despedimos como amigos de toda la vida,quedamos en volver a vernos y seguir con esta
llenadora experiencia y sana
alegría.Fumamos el ultimo cigarro a orillas del estero y
comentabamos lo genial que
había sido nuestro
sábado y
sacábamos las conclusiones de lo ocurrido.Nos dijimos
adiós y cada uno
siguió su camino hasta su destino sin
ninguna novedad mas que lo extraño y
rejuvenecedor que fue para ambos la charla.
Luego de una noche de trago amargo
subí a la micro con las ideas renovadas y con nuevos ideales que problemas ya mencionados estaban asesinando.
La causa de todo fue un vendido cigarro, y una de las mejores experiencias de mis noches de juerga fue por un cigarro regalado y compartido